miércoles, 26 de octubre de 2016

Sin respeto no hay amor


Sin respeto no hay amor
Había una vez dos hermanos, ellos peleaban mucho no se respetaban y la mamá sufría mucho de ver como se trataban.  Ella todas las noches le pedía a Dios que hiciera sentar cabeza a sus hijos, que el irrespeto era uno de los pecados más grandes que había.  Hasta que un día su madre se enfermo y los dos hermanos tenían que estar muy unidos, se dieron cuenta que con respeto podían ser grandes personas, así que perdonaron todos sus errores y nunca más se volvieron a irrespetar.  Su mamá se recuperó y vivieron felices a pesar de las necesidades y dificultades.

María Valentina Poches Roa.

304 J.M.

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