PREVENCIÓN DE ABUSO SEXUAL EN MENORES
HABLANDO
CLARO
Está muy arraigada en nuestra sociedad la errónea idea de
hablar de los órganos genitales, y de
todo lo que tiene que ver con ellos, como si no fueran parte de nuestro cuerpo.
Se le buscan nombres que le dan
cierta connotación de algo prohibido, sucio o vergonzoso. Gran error, ya que
una de las debilidades de las que se puede aprovechar un abusador es de la inocencia
del niño y el desconocimiento de lo que debe considerarse como comportamientos incorrectos.
El trabajo de hablar con los niños y niñas sobre la sexualidad debe hacerse
de forma conjunta entre maestros
y padres, para que se puedan identificar a tiempo posibles situaciones de abuso, ya que este puede provenir de personas cercanas al
hogar o al colegio.
Existen actualmente diferentes herramientas didácticas que se pueden usar
tanto por los padres como por los
maestros -por ejemplo, cuentos que se pueden revisar de forma libre en la red y
diferentes videos que explican de
forma entretenida y con el lenguaje adecuado, diferentes situaciones que se pueden considerar como abuso sexual, y
la forma de prevenirlo. Sin embargo todas estas
herramientas deben combinarse con un constante acompañamiento de padres y maestros que permita a los niños y niñas
desarrollar el carácter suficiente para decir no, y para identificar
las caricias que son fraternas y
agradables, de las que tienen intenciones sexuales y generan
incomodidad.
Un paso importante en la prevención de este tipo de maltrato es eliminar
del vocabulario los sobrenombres a los
órganos sexuales; se debe decir vagina y pene sin que esto genere incomodidad y vergüenza y se debe generar un
vínculo de suficiente confianza que permita la formulación de preguntas e inquietudes que se tengan
sobre la sexualidad. Debemos volvernos
una fuente de consulta que no juzgue ni regañe porque lo que no sepamos responder de forma adecuada o lo que hagamos
entender a los niños como temas prohibidos,
será enseñado por compañeros mayores con información incorrecta o por las redes sociales y los medios de información, que
constantemente usan la sexualidad con fines comerciales.
El reto es simple, debemos hablar claro, debemos
responder todas las inquietudes usando las palabras adecuadas y nunca hacer sentir a los niños y
niñas incómodos con el tema. La principal
fuente de consulta sobre estos temas de sexualidad debemos ser los padres y maestros y ningún menor debe sentir temor o
vergüenza al hablar de su sexualidad y mucho menos
quedarse callado cuando se sienta víctima de abuso sexual, o sea testigo de
este.
Jhonny Mak Casilimas Parra
Docente Sede A - Jornada Tarde
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