miércoles, 26 de octubre de 2016

El aburrimiento en los jóvenes

El aburrimiento en los jóvenes
Ensayo

No creo que parezca desconocida esta expresión y menos al referirse a los jóvenes. Hace muchos años era utópico conocer gente de otros lugares del mundo, hablar y comunicarse instantáneamente sin tener en cuenta las distancias, tampoco compartir fotografías a color y que se pudieran editar, enmarcar e infinidad de procesos y formas inimaginables, en tan sólo unos segundos.

María Angelica
Guerrero Castañeda 1102

 Realmente no se pensaba en muchas de las herramientas que ahora poseemos los jóvenes las cuales aparecen ante nuestra vista de una manera muy atractiva siendo de muy fácil manejo y adquisición. La clave de la situación y el bienestar está en el manejo y uso adecuado de las TIC; estas atracciones que en su mayoría nos ofrece la tecnología son bastante adictivas y engañosas, pero ¿realmente las estamos utilizando de manera adecuada? ¿Realmente es este el progreso que creíamos obtener de los avances? En la mayoría de casos, existe entre la generación de los padres y la nuestra una brecha abismal lo cual les dificulta establecer pautas y barreras sobre el uso que hacemos, por ejemplo, de las redes sociales.
Es, absolutamente, un mundo nuevo por explorar lo que se presenta a nuestro alcance y son las redes sociales “la piedra en el zapato” para los padres y profesores más que para los mismos jóvenes que por falta de criterio y conocimiento arriesgan su vida e integridad al usar inadecuadamente estos medios, tentados por la facilidad de hacer amigos y conocer personas de los lugares más recónditos del planeta. Junto a estos programas también se encuentra la droga, el sexo, el videojuego, el shopping compulsivo, la televisión, mp3 y mucho más, lo que según el autor Emilio García provoca que los jóvenes crezcan con un vacío interior, aunque tengan un mundo exterior bastante cargado.

Deseo citar el siguiente comentario porque comparto plenamente lo que afirma Emilio García Sánchez “En primer lugar lo que se observa es que muchos de nuestros jóvenes crecen desde infantes dirigidos por un programa asfixiante y trepidante de tareas y actividades que les corta las alas de su iniciativa y creatividad personales. Se les sobrecarga de recursos técnicos exteriores y múltiples para hacerlos competitivos en el mercado laboral”.
Lo que hoy se observa es que la juventud se divierte de manera diferente a las generaciones pasadas. Sólo pensemos en los juegos, la hora de comer, los paseos de olla, hasta los libros y la publicidad, creo que eran más formativos y menos perjudiciales y riesgosos que los de ahora.
No son totalmente culpables los adolescentes, también están involucrados los padres, la sociedad y el Estado. ¿Por qué la familia? La familia que no es unida, que no exige y que no ofrece cariño genera soledad y confusión. ¿Por qué la sociedad? Esta es la que  acompaña cuando la familia y los mayores  no se encuentran, la sociedad te empuja a estar actualizado, a hacer cosas que probablemente no quieres o que no lo tenías pensado, es ella la culpable de que muchos jóvenes se droguen, tengan sexo a temprana edad ya que si no lo hacen se sentirán avergonzados y “atrasados”  (irónico ¿verdad?, porque hace unos años era vergonzoso y una deshonra tener sexo con un chico así nada más), Ir a rumbear, conocer chicas o chicos, tomar, tatuarse, perforarse entre otras. Así que si la sociedad tiene parte en esta juventud tan desorientada es porque existen vacíos de todo tipo.  Ahora ¿Por qué el Estado? Pues bien, este también es culpable ya que ahora es legal la supuesta “dosis personal” y muchas reglas, normas, códigos y decretos que supuestamente van en pro de la libertad y derechos de los ciudadanos y traigo a colación la afirmación del siguiente autor:      
No echemos, pues, la culpa a los jóvenes. Ellos son responsables de una parte de sus errores, pero los adultos tenemos que cargar con las otras. Y si queremos que los jóvenes mejoren, tendremos que darles la oportunidad de vivir en un mundo habitado por seres humanos que ponemos el amor por encima del dinero. No culpemos tanto a los jóvenes. Exijamos de ellos, pero marchando nosotros delante, abriéndoles el camino.”
Para terminar, quiero mencionar que, aunque vivimos en un mundo virtual y “avanzado”, las cosas “in” que nos rodean no son totalmente peligrosas, pero tampoco deben convertirse una necesidad sustancial. La tecnología, los aparatos electrónicos, entre otros, son herramientas que nosotros decidimos si las volvemos adictivas e incluso necesidades artificiales. ¿Dónde hemos dejado el diálogo en la mesa, los juegos populares, el paseo en familia, el recogimiento y hasta la oración? A lo mejor no es lo más divertido del mundo, pero, sí evitaba en otros tiempos “el aburrimiento”. 

Fuentes:


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